Lo más normal que uno cuelga en internet cuando vuelve de Egipto son las fotos de las pirámides, los templos, las momias, las puestas de sol en el Nilo y los copazos con los compañeros de viaje.

Pero Egipto vive ahora es un momento muy incierto en su historia reciente. Lo que ellos llaman “la revolución”, una situación nueva, ilusionante para muchos, pero materializada de una forma muy difusa y apuntado a un futuro incierto, con una promesa de elecciones que se retrasan, y mientras, un ejército dirigiendo el país y una policía que ha desaparecido casi por completo de las calles y carreteras, tan presente en los pasados años.

Un país en el que la gente ya no mira al turismo, esté ha desaparecido desde el mismo momento de la revolución. ¿Turistas?, unos poquitos en la zona de Luxor, y unos poquitos más en Giza, en el resto de sitios que hemos visitado (nosotros solo éramos 4), ha sido totalmente solos. Egoístamente, un placer como fotógrafo, pero cuando hay menos de 8 personas en un hotel con 400 habitaciones, cuando ves el Valle de los Reyes sin un alma o cuando sales a la calle en Luxor y tienes en la puerta a casi 50 taxistas que no tienen a quien llevar, sabes perfectamente que esta situación está llevando a muchas personas que viven del turismo a una situación económica complicada, cuando además, era el turismo la principal fuente de entrada de divisas al país.

El Egipto actual es un conglomerado de desarrollo y subdesarrollo, de riqueza y de pobreza, de ilusiones y desilusiones, que no sabe si va hacia adelante o hacia atrás… que sabe vivir el día a día, que palpita en la calle…

Estas fotos son una pequeña muestra de esos hombres, mujeres, jóvenes y futuras generaciones que espero que puedan construir un futuro en democracia y con una mentalidad abierta, tolerante y participativa, y así, dentro de unos pocos años nos podrán dar lecciones que tanto nos merecemos “los europeos”, ya que hoy en día nuestra sociedad ya no es nada envidiable en muchos aspectos.

A nivel fotográfico, se pueden apreciar algunas «diferencia de calidad», ya que la fotos están realizadas con dos equipos diferentes. Una réflex, la Nikon D300 con un 24-70 y una compacta, la Nikon P7000 con un 28-200, esta última para nada tiene la calidad que la primera, pero me permite fotografiar más discretamente.